Hablar de los fondos cotizados o ETF (Exchange-Traded Funds) es hacer mención a unos de los instrumentos financieros que en estos momentos son tendencia. Por este motivo, hemos considerado que es muy oportuno que sepas qué son, cuáles son sus principales señas de identidad y cómo funcionan. Sí, porque de esta manera podrás tener claro si te interesa invertir en ellos o no.
Lo primero que te tiene que quedar muy claro es que los fondos cotizados vienen a ser fondos de inversión con una gran particularidad. Esta no es otra que se compran y se venden en mercados secundarios de valores.
Una vez que ya sabes qué son, llega el momento de que los descubras más a fondo. Así que, si te interesa, sigue leyendo este artículo.
Características de los fondos cotizados
Además de la singularidad que ya hemos mencionado que tienen los ETF, debes conocer que posee otras señas de identidad igualmente reseñables. Nos estamos refiriendo a las siguientes:
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Se compran y se venden al igual que cualquier otro tipo de acción. Cotizan en Bolsa.
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Básicamente lo que hacen es reproducir o replicar lo que es la variación de un índice bursátil.
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De su gestión se encargan sociedades gestoras o profesionales del sector. De esta forma es como se logra, entre otras cosas, el alcanzar una importante rentabilidad adicional. Eso sí, aquellos serán supervisados por una Entidad Depositaria con el objetivo de garantizar la fiabilidad, el buen trabajo y el cumplimiento de la ley.
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Sus acciones se negocian a diario siempre que las Bolsas estén abiertas.
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Permiten invertir en una enorme multitud de activos.
Tipos de fondos cotizados
En la década de los años 90, concretamente en un proyecto de la Bolsa de Toronto, tienen su origen estos fondos cotizados que ahora nos ocupan. Unos fondos que pueden ser de varias clases, siendo las más significativas las siguientes:
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ETF inversos. Estos tienen como principal fin el poder obtener un beneficio de un índice subyacente.
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ETF de inversión alternativa, que poseen la particularidad de ofrecerle al inversor algo muy interesante ¿El qué? Pues básicamente el poder negociar lo que es la volatilidad de un valor.
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ETF sectoriales o industriales, que están centrados en empresas relacionadas con las tecnologías, el área farmacéutica o el petróleo, por ejemplo.
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ETF gestionados activamente, que tienen como meta el poder superar un índice.
Esto sin olvidar tampoco la existencia de otros tipos como los fondos cotizados de productos básicos, los bonos ETF o los de capitalización.
Ventajas y desventajas de los fondos cotizados
Al principio de este artículo, te dimos a conocer que los fondos cotizados o ETF están de moda. Y esto es debido, entre otras cosas, a que ofrecen una larga lista de beneficios. En concreto, entre los más interesantes se hallan los siguientes:
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Uno de los primeros aspectos a favor que tienen es que son idóneos para cualquier tipo de inversor. Esto es debido a que no hace falta poseer una gran suma de dinero para invertir en ellos.
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De la misma manera, no podemos pasar por alto tampoco que su coste, por regla general, suele ser inferior al de otro tipo de fondos de inversión.
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Por supuesto, no es menos relevante el hecho de que hay muchos ETF a la venta.
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El hecho de que permitan invertir en una gran variedad de valores trae consigo, sin lugar a dudas, que se diversifique lo que es el riesgo. Es decir, es una garantía de que, aunque un sector vaya mal, no sucederá lo mismo con el resto. Por norma general, puedes comprar acciones de un determinado número de empresas, pero con un ETF puedes diversificar mucho más.
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Además, no hay que pasar por alto que permiten disfrutar de ciertos beneficios fiscales. Sí, porque, por el momento, únicamente se pagan los impuestos relativos a la inversión que se lleva a cabo.
Su sencillez y el hecho de que son muy transparentes, en cuanto a costes y precios o incluso a gestión, son otras dos grandes ventajas de apostar por los fondos cotizados. Y estas son las que hacen que cada vez más personas opten por ellos a la hora de obtener unos beneficios de su dinero.
No obstante, no todo es positivo. También cuentan con algunas desventajas y es recomendable que las tengas en cuenta antes de ‘lanzarte a la piscina’ con ellos. En concreto, entre sus aspectos más desfavorables se hallan estos:
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En ocasiones, pueden estar sujetos a comisiones puntuales.
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Dadas determinadas circunstancias o a características de los ETF puede darse el hecho de que resulte algo complicado el venderlos en un momento dado.
Ahora que ya tienes toda la información necesaria e imprescindible sobre ellos es el momento de que decidas si son tu mejor opción para invertir o no.